Corro, sigo, pon play

 Corro sigo pongamos play

Corro sigo le pongo play

Corro sigo me pongo play

¿Qué día es hoy?


Hay momentos en los cuales la vida se pone en stand by, te pide ponerte en stand by, o le pido ponerme en stand by, creo que lo hago con frecuencia. Me apago.

Me apago porque no quiero sentir, no quiero enfrentar al mundo con mi sentir; es brigido sentir que por sentir, valga la redundancia, uno incómoda al resto por ser de cierta forma, por mostrarse de forma más vulnerables, creo que aprendí en mi vida a sentir incomodidad por mostrarme así, siempre siendo lo correcto, lo perfecto, lo adecuado y siempre, sintiendo que no era suficiente.

No soy lo suficientemente buena, no soy lo suficientemente correcta, no soy lo suficientemente adecuada, soy incomoda al mundo a pesar de crecer debiendo serlo, de intentarlo, de hacerlo debiendo apagarme y ponerme en stand by.

Las semanas post crisis, post derrumbe y caída fueron de sentir mi vulnerabilidad a tope, de sentir que necesitaba hablar, que 27 años de silencio habían construido un castillo de naipes respecto a mi, a lo que el mundo creía de mi, a lo que proyectaba. Enfrentarme estos meses a la oscuridad han sido el desplome de las cartas que me construyeron de forma incorrecta, aún me siento insuficiente, con el mundo y conmigo, aun siento que busco llenar un espacio en el mundo con mi perfección; me cuesta soltar la imagen del ser completa y perfecta, aun cuando se que no corresponde, siento que el mundo sigue pidiendo mi actuar en función a como me desarrolle todos estos años.

Me es difícil aún acostumbrarme a mis desajustes, a mi expresión del enojo de forma ansiosa, de forma irracional la verdad, siempre los he tenido, siempre explote de forma no correcta, pero nunca me había incomodado tanto como ahora, ¿será que estoy sanando? ¿Será que esto es un vestigio de la forma irracional en la que me construí a mi misma?.

Durante años creí que el disociarme era una forma correcta de relacionarme, de sentirme en sociedad y en el mundo, de poder nadar y sortear las exigencias de un mundo en el cual no me sentía cómoda, en el cual siempre se encontraba una justificación para decir que quien era o lo que hacía no correspondía a mi, sino que siempre a algo externo.

Que crecí en una familia constituida, que estudie en un buen colegio, que viví en buenos lugares, que tenía un apellido  con una carga, que era la nieta de, o la bisnieta de tales, que me protegía una profe, que mis notas eran por ser ayudante, que no era tan inteligente como se veía, que tenía cargos por salir con Juanito o pedrito, que era el títere de mi pareja de turno en política, aún cuando mi pareja no era militante y no comulga a con mis creencias, que estaba en un puesto por ser amiga de, que no me echaban por ser amiga de, que me pasaban cosas por ser amiga de, así siempre, creo que en algún punto me lo creí; no era lo suficientemente buena para que esto me pasara a mí, no era lo suficientemente fuerte para aceptar que yo si era y si podía ser lo que construí. Nunca nada me lo dieron, creo que hasta se me fue mas difícil probarle al mundo quien yo era y sentir que tenía que ser aún más perfecta, aún más, yo sola, por mi misma no era suficiente, no soy suficiente.


Creo que eso es lo que hoy más me pesa, sentir que aun me ven así, a pesar de ir despojandome de apoco de ese sentir, que me digan que las cosas que me pasan es por ser amiga, hija, nieta, por ser militante de abc. ¿Cuando voy a ser suficiente para el mundo? Nunca.


¿Cuando voy a ser suficiente para mí? Estoy en proceso. 

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